El blog sobre el desarrollo mental y físico de este ser humano o como quieras llamarlo.
Todo tiene cabida en este blog, sobre todo si se trata del enaltecimiento de mi persona.
Así pues, pasen y vean, niños, niñas, damas y caballeros.

viernes, 28 de mayo de 2010

Historia del chico que tenía una patata por cabeza.

Ni qué decir tiene que su vida era un completo infierno. No pasaba una semana sin que algún desalmado pretendiese hacer una tortilla con su cabeza, y en más de una ocasión se le ocurrió pintar con un marcador negro una cara sonriente sobre la piel de la patata para despistar, aunque eso a las chicas no les hacía gracia.

Muchas veces se preguntaba en la soledad de su habitación si tener una patata por cabeza era algo con lo que se nacía o por el contrario se elegía, aunque no recordaba que nadie le hubiera ofrecido especies distintas. Se consolaba pensando que hubiera sido mucho peor tener un pomelo.

Su relación con las chicas era prácticamente inexistente. Tener una patata por cabeza no era, desde luego, algo que resultase atractivo en el año 2007, quizá sí en el 77 pero de eso hacía ya mucho tiempo.

El caso es que Diana, una chica de su clase, le había robado el corazón (después se supo que también le robó 35 euros, aunque eso no importa ahora). Él estaba completamente enamorado de ella, hasta tal punto que en varias ocasiones colocó algunos pequeños trozos de su cabeza-patata en los almuerzos de ella con objeto de llamar su atención. Pero de nada servían aquellos halagos, parecer ser que Diana tenía los ojos puestos en el chico remolacha (otro día os contaré la historia del chico remolacha y cómo llegó a ser un famoso ventrílocuo). Viendo que la tal Diana pasaba totalmente de él, se decidió por fin a efectuar un ataque directo y sin concesiones: esperaría a que acabaran las clases y, justo cuando ella estuviese caminando sola por cualquier callejón oscuro y húmedo, la asaltaría para decirle “¿quieres salir conmigo?”. El problema que tenía es que, dada su condición tuberculocefálica, no disponía de boca para hablar; lo cierto es que no tenía ni boca, ni nariz, ni oídos, ni ojos ni nada... joder, era una patata, ¿qué esperabais?

Pero no poder hablar no era un problema... bueno, sí lo era pero pensó que simplemente le podía escribir en un papel sus sentimientos hacia ella, y ésta al leerlos, de tan bien escritos que estarían, se enamoraría de él y ya, después, saldrían juntos y se casarían y no tendrían hijos porque no fuera a ser que tuvieran, en vez de cabezas, patatas como él. Vaya, eso podría suponer un problema a la larga, pensó.

Se encerró en su habitación para escribir la declaración de su amor a Diana durante tanto tiempo que su madre le dio por muerto y ese día hubo alegría por fin en aquel destrozado hogar.

La carta decía lo siguiente cuando fue entregada por él mismo a las manos de Diana:

Hola, Diana, ¿qué tal? hace un bonito día, ¿verdad? Oye, el otro día me robaron 35 euros en clase, si te enteras de quién ha podido ser me lo dices, ¿vale? Sabía que podía confiar en ti, gracias.

Verás, el verdadero motivo de esta misiva es que me gustas. No sólo me gustas, no, es más que eso. Yo no puedo dejar de pensar en ti, a todas horas, incluso me despierto por las noches empapado en sudor y con la respiración acelerada porque te veo en sueños. Al llegar al cole te busco allá donde estés y te sigo a escondidas todo el día. En clase se me pone dura mirándote y oliéndote. Todos estos años he ido acumulando pelos tuyos hasta conformar una peluca que me pongo encima de la patata cuando estoy a solas. Y me masturbo, sí, me masturbo atrozmente por los suelos de la excitación que me produce esa peluca y siempre quiero más y más y más porque te amo, Diana, te amo locamente.

Y tienes que venir conmigo, ahora, en este momento, consumemos por fin el acto que tanto estoy deseando. Quiero que seas tú la primera, la primera mujer que toco en estos 28 años de sufrimiento que están a punto, estoy seguro, de terminar. Y no te importe que tú tengas 14 porque yo cuidaré de ti. No, no permitiré a esos cabrones que se te lleven de mi lado. Esta patata es más inteligente de lo que nunca nadie supo. Ven conmigo, no temas. Ven. Ven conmigo.
Escribe a continuación tu respuesta.”

Ella miró directamente a la parte frontal de la patata que tenía por cabeza y lentamente fue sacando un bolígrafo de su pequeño bolso color rosa de niña pija.

“NO”.

“Pero, ¿por qué?”, escribió él.

“Porque eres una patata de mierda”.

Puede que aquel chico tuviera una patata por cabeza pero dentro de su pecho latía débilmente un corazón obstruido por el colesterol como el del resto de personas.

Y corrió lejos de allí, lejos, muy lejos, movido por un impulso que ni él mismo podía controlar. Parecía que era otro el que corría dentro suyo, el que le guió hasta aquellos huertos a las afueras de la ciudad. Aquellos huertos donde crecían cientos de miles de patatas bajo sus pies. Fue en ese momento cuando lo entendió todo el chico que tenía una patata por cabeza. Cavó un hoyo con sus propias manos hasta que pudo caber de pie dentro. Se enterró por completo dejando sólo fuera su cabeza-patata. Y los días pasaron, y las lluvias, y más días. Y aquella patata se hizo grande y hermosa como todas las demás patatas de su alrededor. Y llegó el labrador, ese hombre cejijunto y maloliente pero sabio de algún modo, y arrancó la patata que antes hubo sido cabeza de un chico para meterla en un saco junto a otras patatas como ella. Así llegó a algún mercado en alguna parte y quién sabe si quizá no acabó siendo parte de una tortilla o un plato combinado... Eso poco importa. Lo verdaderamente importante es que el chico que tenía una patata por cabeza encontró su redención.

Esta es la historia de ese chico tal y como él mismo me la contó.

sábado, 15 de mayo de 2010

Las pajas y la crisis identitaria europea. El individuo frente al sistema.

¿Qué mejor forma de empezar una nueva entrada del blog "No me lo arrebatarán vivo" que parafraseando a los incombustibles Barón Rojo?

"Otra vez aquí, sintonízanos. Ven y enróllate, dice un locutor y en la noche suena el heavy rock".

Pues, efectivamente, hay muchas mejores formas de empezar. Y, es más, todas las formas de empezar imaginables son mejores, pero eso es algo sobre lo que Barón Rojo parecían no tener ni idea. El caso es que quien me conoce sabe que esa frase me tiene obsesionado hasta tal punto que incluso me despierto algunas madrugadas empapado en sudores fríos cantando semejante desacato musical.

Mas, !oh, maravilla! La globalización nos ha enseñado que todo está interrelacionado y así como esa infame melodía me provoca escalofríos nocturnos, también el tema de esta entrada provoca escalofríos no sólo a quien firma este blog sino, posiblemente, a la totalidad de la especie humana que habita en este cochambroso planeta. A los que habitan otros planetas, cochambrosos o no, no se les conoce constancia escrita de que ello les produzca escalofríos y, por tanto, les obviaré.

En fin, sin más rodeos que no llevan a ningún sitio, lo que quiero reivindicar es las pajas como un acto plenamente consciente de su inherente carácter político.
Olvídense de manifestaciones multitudinarias, de acaloradas discusiones blandiendo una cerveza en el bar, de reivindicaciones trasnochadas y, por supuesto, del uso de la violencia para lograr un objetivo político.

Lo que hay que hacer es hacerse más pajas.

Las pajas, no lo olvidemos, son el principio elemental de toda democracia. Ya sea en la soledad del dormitorio lejos de las miradas furtivas de la figura paterna/materna o en la concurrida vía pública, las pajas son, por definición, una autoproclamación de la individualidad: la razón hecha acción.

Es ahora, cuando Europa se juega su futuro, cuando más pajas debemos hacernos y reivindicar con ello el carácter social y ciudadano de la Europa del futuro, la Europa tras la crisis. Una sociedad que se masturba es una sociedad que se tiene en cuenta a sí misma, una Europa onanista es una Europa que reconoce y protege los derechos individuales frente a los grandes poderes fácticos.

Por eso, la mejor receta de cuantas hayais escuchado frente a la crisis es pajearse. Cada paja cuenta y no se debe poner freno. No es momento para viejas excusas de dolores de cabeza tras una larga jornada de trabajo o en busca de él. El futuro exige de cada uno de nosotros el máximo esfuerzo, lo que quiere decir dos al día por lo menos si queremos salir con vigor de la actual situación de grave recesión. Pongamos en marcha la maquinaria y pajeémonos como nunca antes lo hicimos todos, niños, jóvenes, mayores y ancianos, hombres y mujeres para que las futuras generaciones preserven sus derechos y puedan, también, masturbarse en un mundo libre.

Yo, por mis partes, haré lo que me toca.

Hasta la próxima entrada.


sábado, 17 de abril de 2010

Punto G. Una aproximación crítica. Primera parte.

Como me aburro mucho, leo el periódico. Y hoy me he encontrado con esto: Las claves del punto G. Interesante, ¿verdad?

Así que, amigos míos, puesto que a vosotros os interesa lo desconocido, lo misterioso, lo inexplicable; por eso estais aquí. Ahora, por primera vez, os ofreceré la verdadera historia de lo que pasó. Os daré todas las pruebas basándome en los secretos testimonios de las miserables almas que han sobrevivido a tan aterradora situación. Los incidentes, los lugares... No puedo seguir manteniendo esta historia en secreto. ¿Soportará vuestro corazón los asombrosos hechos de la verdadera historia del Punto G?

Si bien el primero en hablar del Punto G como tal fue el ginecólogo alemán Ernst Grafenbrg en 1950, la tortuosa historia de este escurridizo órgano se remonta a los tiempos de la Grecia Clásica.
Recientes descubrimientos arqueológicos han hallado lo que podrían ser partes desechadas de La Odisea de Homero que nunca vieron la luz debido a que los editores de la época las consideraron "poco ajustadas a los cánones vigentes y, además, están llenas de faltas de ortografía", en palabras de Héclito, editor y mánager de Homero.
Cierto es que los textos no han superado satisfactoriamente la prueba del Carbono 14 y parecen datar del año 1998. Incluso, los arqueólogos con nariz de payaso que los presentaron ante la comunidad científica internacional no gozan de gran reputación entre los más escépticos. Pero transcribo ahora una parte de ellos para que juzgueis vosotros mismos.

Ulises entra en su casa y deja el sombrero sobre la cómoda con un gesto de preocupación. Su esposa, Penélope, sale a recibirle.
PENÉLOPE: Vaya, qué pronto has llegado. ¿Cómo te ha ido el día?
ULISES: Uuuff, ¿no te has enterado de lo de Odiseo?
PENÉLOPE: No. No me digas que ha vuelto a tener problemas con las sirenas.
ULISES: Más o menos. Está empeñado en faenar en la zona de las sirenas. Y esta vez, para evitar que sus hombres escuchasen el canto, les ha tapado los oídos y atado al barco. Ha conseguido estrellarse contra el muelle y hundir el barco. Se ha quedado sin él y además tiene que afrontar una demanda del sindicato de marineros.
PENÉLOPE: Ese chico no tiene solución. Y mira que se lo advertí: "Odiseo, el mar va a acabar contigo. Odiseo, hazme caso, que faenar en aguas de sirenas no te traerá nada bueno". ¿Se lo decía o no se lo decía?
ULISES: Sí, sí, se lo decías.
PENÉLOPE: "Odiseo, el novio de mi prima tiene una vacante en su tienda de souvenirs 'El griego feliz', y él erre que erre... A faenar con las sirenas" Se lo tiene merecido por empeñarse en lo que no puede ser.
ULISES: Sí, sí... Oye, ¿dónde se ha metido Telémaco?
PENÉLOPE: Oh, a Telémaco le he dado permiso para pasar al noche fuera. Está en casa de Pisístrato. Ya sabes lo bien que se llevan desde lo de Esparta.
ULISES: Uuumm, sólo espero que usen protección.
PENÉLOPE: Bueno, estamos solos en casa, ¿sabes lo que eso significa?
ULISES: Si no me he vuelto loco, sigue significando que estamos solos en casa.
PENÉLOPE: Jejeje, no seas bobo...
Penélope lo agarra y lo besa. Unos minutos después se encuentran tumbados en la cama desnudos. Ulises tiene el dedo corazón de su mano derecha en el ombligo de Penélope.
PENÉLOPE: ¿Se puede saber qué estás haciendo?
ULISES: Ups, por un momento creí que habías decidido depilarte.
Se escuchan risas enlatadas. Por fin, Ulises introduce el dedo por donde debe y comienza a menearlo con esmero. Ella se estremece y gime.
ULISES: ¿Qué te pasa? Nunca te había visto así.
PENÉLOPE: No sé, no sé, pero cállate y sigue, hombre.


Ahí lo teneis. La primera mención escrita del Punto G de la Historia.

De momento, esto es suficiente para que vayais abriendo boca. Dentro de poco completaré la verdadera historia de Punto G con nuevos y precisos datos que, seguro, provocarán más de un escalofrío en vuestra sangre.

Hasta entonces, manteneos alerta.


viernes, 9 de abril de 2010

Soy un tío maleducado con razones de peso.

Al hilo de lo que comentaba ayer en mi anterior y primera entrada sobre lo de insultar "a personajes públicos e instituciones de todo tipo sin atender a razones o a la legalidad vigente" alguien puede pensar que adolezco de lo que se ha dado en llamar mala educación o que soy, sin más, un maleducado. Y ciertamente, soy un maleducado.

A continuación explicaré por qué.

Durante 10 años fui al Colegio San Vicente Ferrer PP Dominicos sito en la Calle de Isabel la Católica de Valencia.

Las revisiones médicas que nos realizabana a todos los alumnos iban a cargo de un tipo (doctor supongo) que era un fascista degenerado y antidemócrata confeso, cuyo nombre no recuerdo. Mientras el jodido cabrón nos pesaba, nos hacía pruebas de oído, nos medía y demás, el tipo se permitía el lujo de dar todo un discurso perfectamente articulado enalteciendo la dictadura asesina cuyo máximo responsable fue el General Francisco Franco, como todos bien sabeis, y echaba pestes de todo aquello que oliese a rojo sin escatimar en insultos. Como la revisión médica duraba un rato largo, también daba tiempo a darle caña a catalanes, vascos, andaluces y a sus respectivos autogobiernos reconocidos en nuestra Constitución.

Otro antidemócrata confeso temeroso de Dios era un tal Fray Esteve, el cual, durante una de sus clases de valenciano hizo esa afirmación que todos habeis escuchado alguna vez: "la democracia es el menos malo de todos los sistemas". Por supuesto, desarrolló el concepto con una pequeña disertación acerca de ello dejando a un lado sus obligaciones para con la materia y sus alumnos en cuestión.

Con respecto a esta afirmación, que todos habeis escuchado alguna vez, me gustaría hacer una pequeña reflexión puesto que es un concepto bastante extendido por ahí y no sólo asunto de Fray Esteve.

Tengo el convencimiento de que la democracia no sólo no es el menos malo de los sistemas políticos sino que es el mejor y no sólo es el mejor sino que me atrevo a afirmar que es el único bueno. ¿Por qué? Sencillamente porque es el único sistema que no es estanco y permite su desarrollo eternamente o hasta el fin de los tiempos. Dicho de otra forma: es susceptible de mejorar. No termina donde empieza su definición sino que permite el cambio. Y, sobre todo, depende de todos los ciudadanos que viven bajo este sistema, exige responsabilidad.
No tengo más ganas de seguir desarrollando esta idea y ni siquiera se me da bien hacerlo. Sólo pensad en ello.

Creo que fue en el sexto curso de EGB cuando en el libro de Ciencias Naturales, o como quisiera que se llamase aquella asignatura, descubrimos que se hallaba el tema acerca de la reproducción humana. Lo cual supuso gran expectación y no poca algarabía en nosotros, los alumnos. Claro, era la época de empezar a notar el efecto de la hormonación desaforada que se prolongaría durante largo tiempo y, obviamente, las pajas ya eran cosa habitual en la vida de todos nosotros como lo son ahora y espero que por muchos años más.
Y llegó el día del tema de la reproducción humana en el puto libro de Naturales.

El primer detalle que cabe destacar es que ese día no apareció por clase nuestro habitual profesor, un tal Orts de apellido y que no era cura. Sin embargo, se presentó allí con temple serio nuestro tutor de siempre y hasta el final de la vida en el colegio: el Padre Javier Laveaga. Obviamente cura, sacerdote ni más ni menos.

Este ultrafundamentalista católico, homófobo sin escrúpulos y discriminador social declarado (más abajo explicaré esto) no se cortó un pelo de dar su visión falsa, degenerada, retrógrada, prejuiciosa, castigadora, machista y abominable visión de la sexualidad.

No le tembló la mano ni le faltó saliva para cargar contra todo aquello que suponga libertad sexual. Sexo fuera del matrimonio católico pecado mortal y debe ser y será castigado, sexo sin intenciones de reproducción pecado mortal y debe ser y será castigado, sexo en el matrimonio sin ánimo reproductivo pecado mortal y debe ser y será castigado, sexo en el matrimonio con ánimo reproductivo pecado venial porque se siente algo de placer inevitablemente y debe ser y será castigado pero menos (un daño colateral, por lo visto); las pajas pecado venial y deben ser y serán castigadas; el deseo hacia personas de distinto sexo es una prueba de Dios y se debe evitar a toda costa consumarlo físicamente, si se consuma mediante un acto sexual de pensamiento, palabra u obra es pecado mortal y debe ser y será castigado; del aborto ni os quiero contar...

Y para finalizar con el sexo, lo mejor de todo, la perversión en estado puro.

Con el tema de las pajas se armó la de Dios, nunca mejor dicho. Como era obvio que los chavales nos pajeábamos (hago hincapié en lo de chavales porque en esto se dejó al margen a las chavalas), el muy degenerado Padre Javier Laveaga nos instó a que en el siguiente día de misa (que era un día cada dos semanas que se sustituía por una clase de religión) le confesáramos las pajas bajo la coacción de "allá cada cual con lo que hace pero yo me confesaría".
Y sí, amigos, llegó el día de la susodicha misa y la gente hizo cola para confesarle las pajas al sádico cabrón. Y yo me enorgullezco de pertenecer junto a otros tres o cuatro tíos que no nos confesamos por vergüenza a pesar de tener que soportar las directas indirectas que nos lanzó después el desalmado bastardo condenando nuestra no confesión.

Y eso es lo que aprendimos sobre el sexo.

Continuemos hablando del Padre Javier Laveaga, el hombre que de haber coincidido en espacio y tiempo con el nazismo, seguramente hoy su nombre estaría en los libros de Historia.
Pero como no fue así, hablaré de él como un educador infantil que dedicó toda su vida con la mayor intensidad que pudo a la gran causa de la exclusión social.

Y todo ello, que es muy largo de explicar, afortunadamente él se preocupó de hacerlo corto con una simple metáfora que repitió a lo largo de su vida: "en un cesto de manzanas, cuando se pudre una de ellas hay que apartarla de las demás para que no pudra al resto y, por más que se intentase lo contrario para salvar a la manzana podrida, siempre el resultado sería que todas se pudrirían por culpa de una sóla". Un sabio este hombre. Y muy en la línea de la bondad cristiana.

Bien, ahora aplíquese este teorema a la educación infantil y, por qué no, a todos los ámbitos de la vida y obsérvense los resultados.

En fin, sin meterme mucho en el tema, sólo comentar que me consta que no es eso lo que aprenden los futuros maestros en la carrera de Magisterio, afortunadamente. Y que, como no es cierto el refrán que dice que mala hierba nunca muere, el ultrafundamentalista católico, homófobo sin escrúpulos y discriminador Padre Javier Laveaga ya está rematadamente muerto desde hace algún tiempo. Y me reconforta saber que, aunque sólo sea uno entre millones, hay un cabrón menos en el mundo.

Con todo esto, es normal que yo sea un maleducado, ¿verdad?

Un saludo.

jueves, 8 de abril de 2010

Rajoy ha hablado.

Sí, y, para no ser menos, yo también lo haré.

La idea de hacer este blog se me ha ocurrido esta tarde mientras escribía en el feisbuc. Debido a un ataque de inconmensurable narcisismo, he decidido que debía desarrollar todas las frases majaderas que escribo en la dichosa red antisocial para así darles un halo de grandeza alejándolas del pueblo llano y encumbrándolas a las cimas inhóspitas de la blogosfera. Idiota, ¿verdad? Bien, ese es mi motivo y no es casual ni tan siquiera causal.

Esto es o será, de hecho, un blog idiota por y para idiotas. Aquí trataré todos los temas habidos y por haber y siempre desde la ignorancia, la incultura, el prejuicio, la mala fe y la chabacanería más ramplona. Política, ciencia, cine, música, fútbol, porno y, si queda algo más en la vida de lo que hablar, me lo hagan saber. Insultaré a personajes públicos e instituciones de todo tipo sin atender a razones o a la legalidad vigente. Así va a ser este blog.

De momento, un saludo a todos y hasta las próximas entradas que iré actualizando periódicamente o cuando me apetezca.